A ocho meses de noviazgo, Jacky Bracamontes y Martín Fuentes planean su boda. La historia de amor empezó en un blind date orquestado por Maki Soler, íntima amiga de la actriz, y desde el primer encuentro surgió el flechazo. Hace poco más de dos semanas, Martín le entregó el anillo de compromiso en un viaje a Whistler.
Muy emocionados y enamoradísimos, posan juntos por primera vez y nos comparten en exclusiva los detalles de su viaje y de su próxima boda, la cual tiene como fecha tentativa octubre 2011.
Pero antes, hagamos un poco de historia. Durante estas fechas hace un año, Jacky Bracamontes no tenía novio, estaba decepcionada de las relaciones y no se imaginaba que dos meses después conocería al amor de su vida y futuro esposo, el empresario Martín Fuentes. La Cupido de esta relación fue Maki Soler, quien conocía bien a Martín, pero no lo había visto hacía casi siete años. Sin importarle esto le escribió un mensaje en Facebook y le dijo que le iba a presentar a una amiga, Jacky Bracamontes. Martín aceptó encantando y le propuso a Maki ir al cine en un double date con ella y su esposo, Juan Soler.
Desde esa primera cita, Jacky y Martín se volvieron inseparables y tres meses después —el 2 de mayo— se hicieron novios oficialmente (cabe recalcar que él “se le declaró” antes y ella lo bateó porque lo quería conocer más). El 10 de diciembre, Martín le dio el anillo de compromiso durante un viaje a Whistler al que también iba el hermano de Jacky, Jesús, su mejor amigo y una pareja de amigos de Martín.
Enamoradísimos y emocionadísimos, se casarán en octubre del año entrante en Guadalajara, ciudad de la que Jacky es originaria. En exclusiva y por primera vez, la pareja posa para Caras y nos platican su historia de amor, los detalles del anillo y la primicia de la próxima boda.
Platicando con Jacky nos confesó que antes de conocer a Martín estaba decepcionada del amor y con ganas de estar solita. Pero "Un día, comiendo con Maki (Soler), me dijo: “Te tengo que presentar a alguien”, y yo le respondí que no, que quería estar sola y que no quería conocer a nadie en este momento. En eso me dice: “¡Ya sé! ¡Ya sé! ¿Ubicas a Martín Fuentes?”, le dije que en mi vida había oído hablar de él y ella me contó que lo conoció hace muchos años, pero que no sabía qué era de su vida. Entonces lo buscó en Facebook y le mandó un mensaje. Él le contestó como una semana después y Maki le dijo que tenía alguien que presentarle, pero que era del medio. Martín al momento dijo: “No, no quiero conocer a nadie del medio”. Cuando le dijo que era yo le dijo que bueno, que sí armara el encuentro. Fuimos al cine a ver Día de San Valentín, ¡perfecta para el primer date!"
Ese blind date fue un lunes, Jacky estaba con Maki y Juan. "Llegó Martín y cuando se empezó a acercar a nosotros, me llamó muchísimo la atención. No te puedo decir que fue un amor a primera vista porque creo que hay que conocer a una persona para enamorarte realmente, pero lo vi y sentí algo, me puse nerviosa. Entramos al cine y hubo algo que me conquistó de él: se fue al baño y cuando regresó dijo: “Hola, Juan; hola, Maki; hola, date”. En ese momento morí de la risa, se me hizo chistosísimo y me conquistó".
Después de esa gran primera cita, que terminó en una cena en Puerto Madero, Jacky decidió invitarlo a un evento de trabajo. "A los dos días yo tenía un evento y le dije que si le latía ir estaba más que invitado. Bueno, luego luego me contestó que claro que sí, que iría feliz. Le dije que iba a haber prensa, pero me aseguró que no tenía bronca. Era la segunda vez que lo veía en mi vida, pero desde ese momento me di cuenta de que es un hombre encantador, con un carisma impresionante, muy simpático, alivianado; me hizo sentir en confianza desde el primer segundo en que estuve con él, muy seguro de sí mismo... ¡Cuántas porras le estoy echando! Bueno, ¡pues es que va a ser mi marido!".
Sobre el tema de qué es lo que le gusta a Jacky de Martín, ella asegura sonriente "Sobre el físico, me encantó desde la primera vez que lo vi. Pero más allá de eso, me fascinó ver cómo es con su familia, tiene el mismo tipo de educación, el mismo amor hacia su familia que en mi casa; es superchambeador, impresionante, y muy atento conmigo desde los primeros días".
En la historia de esta hermosa pareja, existe un momento clave. "Yo tenía una boda familiar en Guadalajara - recuerda Jacky - y no sabía si invitarlo o no, porque me daba muchísima pena. Entonces le dije: “Mira, tengo una boda, si te late ir, vamos”. Me respondió que sí, que claro. Pensé: “No me voy a ir sola con él”, e invité a Enrique Benhumea, mi mejor amigo, y fuimos los tres. Para mí era un paso muy importante que conociera a mi familia; entonces, si quería algo serio conmigo, iba a decir “de aquí soy”, y si no, iba a salir corriendo. Bailamos toda la noche, se la pasó increíble, a mi familia le cayó superbien. Desde ahí empezamos a salir más, nos tratábamos de ver lo más posible, me hablaba por teléfono todos los días y luego me empezaron a llegar chismecitos de que era un mujeriego y superreventado, y eso me comenzó a crear muchas inseguridades. Lo bueno es que yo lo hablaba con él y me decía que había estado tres años solteros, que era obvio que en el camino había conocido a mucha gente y que no iba a ir al cine o al antro solo, iba con amigas. Siempre fue muy sincero conmigo y eso también me conquistó.
"Como al mes de salir me pidió que ya anduviéramos y yo le dije que mejor nos conociéramos un poco más. Lo que no quería es que hubieran chismes. La verdad, sí lo bateé porque quería que nos conociéramos más; le dije que no, pero no era un “no” para siempre, sino para darnos más tiempo y conocernos de verdad. Me dijo: “Ok, te voy a volver a preguntar otra vez, pero si me dices que no, olvídate de mí para siempre”. Salimos por tres meses y nos fuimos a Las Vegas, otra vez con Enrique, quien casi casi se convirtió en el chaperón oficial. Yo ya estaba muy encariñada con él y ya conocía bien a su familia, así que cuando me volvió a pedir ser su novia, le dije que sí al instante.
"A los pocos meses de andar, la gente nos preguntaba que cuándo nos casábamos y Martín siempre me decía: “Ni te emociones, llevamos apenas seis meses, que no te presionen porque yo no daría el anillo hasta después del año”. Él argumentaba que era superimportante conocer bien a la pareja antes de dar el gran paso".
Pero para conocer otros detalles, también platicamos con Martín, quien nos contó que, al igual que ella, él estaba harto de no conocer a la mujer indicada. "Había salido con muchas niñas, pero no me sentía seguro y cómodo. Terminé una relación en Estados Unidos y dije: ya tengo 34 años y quiero establecerme. Pensaba que ya no había nadie que realmente valiera la pena".
Y la historia que cambió su vida, el conocer a Jacky, Martín la cuenta ilusionado. "Estaba soltero y me dijo Maki por Facebook: “Oye, te quiero presentar a una amiga guapísima, pero es del medio artístico”. Le respondí: “¿Sabes qué? Yo paso, porque estoy harto de andar con algo que no me llena”. Pensaba, ya tengo 34 años y quiero empezar a sentar cabeza, bueno, ya llevaba años intentádolo, pero no podía. Maki me dijo: “Bueno, es Jacqueline Bracamontes”, y pensé, podemos hacer una excepción. No pusimos de acuerdo, porque yo estaba en Miami y salimos en grupo.
"Le dije a Maki que fuéramos al cine, y así, si no funcionaba el date, me iba a mi casa al final de la función. Eso es lo mejor, porque en una cena es más compromiso y es muy incómodo cuando no hay química. Estábamos en Arcos y sí, hubo química desde el principio. Fuimos a ver la de San Valentín, la peor película que uno puede ver en la vida, pero yo estaba contento porque nos la pasamos platicando durante toda la función; eso sí, me daba pena comer de sus palomitas con chile. Nos la pasamos tan bien en la película que les dije: “Vamos a cenar”. Tenía que levantarme muy temprano al día siguiente, pero fuimos al Puerto Madero. Todo fue muy padre durante la cena y desde ahí me empezó a gustar su forma de ser. Creo que desde el principio hubo mucha química; me sentí cómodo con ella y eso es lo más importante en una relación. Desde el principio me dio mucha paz y tranquilidad.
"Me despedí porque tenía que aventarme la locura de esquiar en el Popo, y eso la freakeó un poco. Llegué a mi casa y me habló Maki para preguntarme qué me había parecido. Me dijo: “Ella está contenta, pero le da un poco de miedo porque dice que eres un poco extremo”. Le contesté: “Pero eso cómo me lo quito, eso es imposible, dile que son cosas de jóvenes”. Me contó también que sí le había latido y que se le hacía guapo, aunque un poco extremo. Le pedí que me diera su teléfono. Nunca me imaginé que fuera tan buena niña, y le dije a Maki que quería conocerla un poco más".
El punto de vista de la segunda cita (el evento de trabajo de Jacky) es muy divertido, ya que había prensa que le pedían fotos a Martín, a lo que contestaba con el mejor humor: “¿por qué me toman fotos a mí?, la famosa es ella”. La pasamos muy bien y después fuimos al Love a la fiesta de unos amigos suyos. De ahí se enamoró mucho de mí y después me invitó a la boda de su prima hermana, yo no hubiera invitado a nadie en el tercer date, pero Jacky se rifó. Pensé: “La traigo muerta”.
En la boda de la prima de Jacky, Martín supo que Jacky pensaba: “Si quiere algo serio conmigo, va a decir: ¡qué linda niña! Y si no es así, va a salir corriendo”. No sé si fue estrategia o puro choro. Ya en serio, pensé que qué buena onda, los dos buscábamos lo mismo, porque me invitó a un evento familiar. Yo quería algo serio, no estaba jugando, y cuando empecé a conocerla, vi que era una relación seria, pues me estaba invitando a conocer a su familia, que por cierto, me cayó perfecto desde el primer encuentro. Debo confesar que dos días antes de esta boda estaba un poco incómodo, porque habíamos estado juntos dos veces, pero siempre rodeados de gente, ya ir a una boda con toda su familia, ¡imagínate! Suponía que todo mundo iba a pensar: “¿Quién es este güey? Qué hace aquí?”. Me imaginaba sus caras y estaba estresado, hasta que ella me dijo: “¿No te importa si le digo a un gran amigo que nos acompañe? Él se lleva muy bien con mis papás”. Le dije: “¡No, bueno, está perfecto!”, porque todo iba a ser muy incómodo si iba yo solo.
"La verdad me sentía un poco incómodo por sus papás y su gente, pero bueno, pensé en reventarme y ver qué pasaba. Conocí a su amigo, Enrique, y vi que era un tipazo. Me preguntó si sabía bailar, le respondí que no era un gran bailarín, pero que no me quedaba sentado".
Sobre los comentarios 'negativos' que Jacky escuchaba sobre Martín, él asegura que a él, más allá de lo que dijera la gente, le importaba saber lo que para ella era trascendental. "En un principio, a ella le preocupaba más lo que dijera la gente, pero yo quería que me contara qué era lo que realmente le importaba. Si le iba a echar ganas, que si iba a andar con ella o con la actriz. Dejé muchas cuestiones claras, porque no me gusta que pongan cosas antes de la misma relación. Puse las cartas sobre la mesa, porque así soy yo, porque no tengo nada que ocultar. Eso le dio mucho gusto, pues le habían dicho que soy muy fiestero y que salía siempre, y pues estaba soltero, no me quedaba en mi casa leyendo libros".
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